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Epitelio corneal: qué es, funciones y patologías asociadas

El ojo está compuesto por varias membranas, entre ellas la córnea que ayuda a refractar la luz. Esa parte transparente tiene a su vez varias capas que la protegen. El epitelio corneal es una de las principales, la cual evita que le ingresen elementos extraños.

Epitélio corneano

Sin embargo, por ser la más superficial de todas está expuesta a sufrir lesiones o alteraciones. Las consecuencias son dolores, infecciones y problemas de la visión, bien sea por deficiencia de vitaminas, trastornos oculares o complicaciones por cirugía láser.

Los que comúnmente presenta son: abrasiones, erosiones y laceraciones provocadas generalmente por algún objeto filoso o partícula volátil. De allí la importancia de que uses gafas protectoras y no te frotes.

Características fundamentales

Esa área externa y microscópica está situada en la parte frontal del tejido que cubre el globo ocular. Posee varios revestimientos unidos entre sí mediante estructuras celulares que se dividen y renuevan cada 4 a 7 días durante toda la vida.

Algunas se encuentran en la superficie, son escamosas, planas y superpuestas. Otras, tienen finas extensiones con forma de alas. Hay un único manto de unidades columnares basales, que es el más profundo y tiene la capacidad de reproducirse por mitosis.

Este conjunto representa el 10% del grosor del cristal transparente y se halla en contacto con la película lagrimal. Por eso, mantiene la humedad y actúa como una barrera protectora contra agentes patógenos y el libre flujo de líquido.

Funciones del epitelio

Su principal misión es proteger el órgano visual de cualquier daño interno o externo para que veas bien. Por ejemplo, molestias ocasionadas por los rayos del sol, arañazos causados accidentalmente con las uñas o por mal uso de lentes de contacto.

Esta mucosa también ayuda con la refracción y se nutre a sí misma y al resto del sistema, con el oxígeno y los nutrientes que obtiene de las lágrimas. De esta forma, lo limpia y protege de microorganismos.

Por ser muy delicada es susceptible a elementos químicos e infecciosos. Hasta ahora solo se conocen cinco bacterias capaces de traspasarla: la Pseudomonona aeruginosa, Neisseria gonorhoeae, Streptococcus pneumoniae, Corynebaerium spp4 y Haemophilus influenzae.

Abrasiones y erosiones

El término abrasión se refiere a las raspaduras que te generas sin querer con las uñas de la mano o cuando usas pinceles de maquillaje. Una rama de un árbol también es capaz de causarte una cortadura si no tienes cuidado.

La erosión sucede al alterarse el epitelio, lo cual suele ser doloroso. Ocurre por sequedad ocular mientras duermes al no estar bien adherido y esforzarte para abrir los párpados. Los síntomas se manifiestan repentinamente al despertar.

Cuando hay un traumatismo previo o distrofia, las erosiones se presentan de forma recurrente. Si te pasa con frecuencia, debes acudir al oftalmólogo para que te haga una evaluación e indique el tratamiento a seguir.

Patologías asociadas al epitelio

Diversas enfermedades infecciosas afectan esta parte importante del ojo y originan complicaciones visuales. Algunas son provocadas por la entrada de un cuerpo extraño como, por ejemplo, partículas de cigarrillo o de otro tipo.

Si lo frotas el deterioro es mayor porque rayas la membrana y eso causa dolor, además de dificultad para abrirlo y lagrimeo. Recuerda que se trata de un tejido muy fino y sensible, similar a una gelatina incolora.

Lo más conveniente en estos casos consiste en acudir a un médico especialista para hacerse un chequeo oftalmológico, ya que podría tratarse de algo serio. Para que tengas precaución, te enseñaremos las afecciones más comunes.

Queratitis microbiana o infecciosa

Es una inflamación producida por la presencia de algún germen, como: bacterias, virus, hongos o parásitos. Ocurre con relativa frecuencia y es necesario atenderla a tiempo para evitar secuelas graves como una posible ceguera.

Los síntomas que ocasiona son: hinchazón, dolor, enrojecimiento, fotofobia, lagrimeo constante, vista borrosa y dolor. El origen de la infección puede ser el uso inadecuado de lentillas, un traumatismo, cirugía previa o automedicación.

Antes de tratarla, se toma una muestra del tejido afectado y se cultiva para saber cuál es el microorganismo que lo está dañando. Dependiendo del resultado, se cura con colirios o antibióticos. En ocasiones, deja una cicatriz en el medio.

Traumas oculares

Incluye rasguños superficiales, heridas perforantes y quemaduras que alteran la visión. Este tipo de traumas se da a ojo abierto o cerrado. En el primer caso, es debido a algo que lo penetra; por ejemplo, una astilla o pedazo de vidrio al romperse el parabrisas de un carro.

En el segundo, se genera por un golpe, como un pelotazo que impacta en la superficie interna. Dependiendo de la severidad del traumatismo es posible que comprometa la capacidad visual e incluso, ocasione la pérdida del globo ocular.

Las actividades que más se relacionan con este tipo de situaciones son los accidentes laborales domésticos y de tránsito, así como las prácticas deportivas y agresiones físicas. Deben abordarse de inmediato con un examen de rutina del momento.

Ojo seco

Epitélio corneano: Ojo Seco

El ojo seco es una enfermedad común que se caracteriza por una sequedad extrema, debido a la disminución en la producción de lágrimas o evaporación rápida. En consecuencia, al parpadear se lastima la cúpula transparente que se encuentra en la superficie oftálmica.

Este síndrome produce molestias y problemas visuales, tales como: inflamación, ardor, enrojecimiento, deseo de cerrar los ojos y secreción constante. Obedece a diversas causas, entre ellas, alteraciones hormonales, edad avanzada, uso de lentillas y factores ambientales.

Por lo regular, se trata con lágrimas artificiales, antiinflamatorios tópicos u orales, acompañado de una buena higiene, pero eso depende de la condición de cada paciente, ya que no todos responden de la misma manera.

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Herpes ocular

Es una infección causada por el virus herpes simple, la cual hace que sientas los ojos ligeramente doloridos, llorosos, rojos, y tengas sensibilidad a la luz. Asimismo, produce inflamación y visión nublada.

Aunque generalmente desaparece sin tratamiento, es recurrente, lo que en ocasiones acaba en ulceración, cicatrización permanente y falta de tacto al tocarte. La varicela zoster también infecta ese órgano cuando aparece en la frente y se disemina, produciendo dolor intenso.

En algunas personas deja secuelas como ampollas, glaucoma permanente y uveítis. Se trata con antivirales orales y corticosteroides en formas de gotas por determinado tiempo, para evitar que aumente la presión ocular.

Ulceración corneal

Es una perforación provocada por un grupo de bacterias o como consecuencia de una herida traumática. También puede ser secundaria al uso de ciertos fármacos y mala nutrición.

Entre sus síntomas se encuentran: dolor, sensación de un cuerpo extraño, sensibilidad a la luz, mayor secreción de lágrimas, enrojecimiento y, en algunos casos, la aparición de un punto amarillento de pus.

El tratamiento depende de cuán profunda sea y se determina haciendo primero un diagnóstico, para ver qué germen está ocasionando el problema. Regularmente se coloca antibiótico y se tapa para que cicatrice mejor.

Distrofia epitelial

Es un trastorno causado por la variación de la membrana basal epitelial que la separa parcial o totalmente de la capa superficial. Mediante la observación con lámpara de hendidura se percibe como mapas, puntos o huellas.

Es habitualmente asintomática, esporádica y no hereditaria, aunque algunas personas presentan molestias ocasionales, como: dolor, imágenes fantasmas y visión doble. No se sabe con exactitud su causa, pero se le asocia con la pérdida las uniones intercelulares.

Se le conoce también como distrofia de Cogan, por el nombre del investigador que describió primero los cambios microquísticos causados en el epitelio por esta afección, y sus características particulares.

Queratocomo

Se trata de una patología que deforma progresivamente al principal lente del ojo, cuya forma acaba pareciéndose a un cono. Provoca astigmatismo y miopía irregulares, lo que reduce la visión de lejos y de cerca.

Se debe comúnmente a factores hereditarios y ambientales que obligan a frotarse regularmente los párpados. Debido a eso se inflama y cambia su estructura. Quienes la presentan tienen que utilizar gafas correctivas.

¿Cómo se previenen los daños?

El mejor tratamiento es la prevención, así que, si quieres tener buena vista, debes cuidar muy bien el epitelio y las demás capas que cubren el globo ocular. Estos consejos te ayudarán si los pones en práctica:

  • No te frotes los ojos si sientes algo dentro, ya que podrías empeorar la molestia.
  • En caso de sufrir una lesión, no te coloques ningún parche porque incrementa el riesgo de infección.
  • No dejes para después la ida al médico, todo trauma requiere una evaluación inmediata.
  • Si usas lentillas, hidrátalas antes de quitártelas porque si están muy secas y te las arrancas lo dañas.
  • No dejes que la tapa del colirio toque nunca la mesa, de manera que no se contamine.
  • Evita la exposición a aires muy secos.
  • Usa gafas o máscaras protectoras cuando trabajes con ciertas herramientas o estés en un entorno donde haya humo, ácidos y partículas.

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