Aprende a usar lentillas de manera responsable para cuidar tu vista?

¿Piensas que usar anteojos es incómodo? Las lentillas también son una opción inteligente para cuidar tu vista. Sin embargo, acostumbrarte a ellas te tomará unos cuantos días. Además, también necesitarás tiempo para aprender a usarlas de manera responsable.

Ahora bien, una vez que hayas dominado las reglas, todo será más fácil. Sí, necesitas seguir las recomendaciones de tu oftalmólogo y de los fabricantes para que, en realidad, ellas sean grandes aliadas en el cuidado de tu salud ocular.

Los consejos que encontrarás en este artículo sirven para lentes de contacto duros y blandos. Asimismo, debes aplicarlos sean de uso diario o prolongado. Verás que la transición será apropiada y sin traumas. ¡Empecemos!

Evita dormir con las lentillas puestas

No es seguro dormir o hacer siestas con las lentillas en tus ojos. ¿El motivo? Aumenta el riesgo de que aparezcan infecciones oculares. Por lo tanto, debes quitártelos aunque el descanso sea por pocos minutos. Si por accidente olvidaste sacarlos, cuando despiertes retíralos inmediatamente. De todos modos, primero verifica que no estén atascados. ¿Este es el caso? No tires de ellos, usa gotas para los ojos y parpadea muchas veces hasta que se muevan.

¿Dormir con lentes aumenta el riesgo de infección ocular?

Sí, porque al dormir la córnea no recibe la cantidad de oxígeno que necesita para combatir los agentes extraños. Ahora bien, si le sumas las lentillas, esto se complica aún más. La estructura se hincha y da más espacios entre las células para que se alojen las bacterias.

Una forma de saber si tienes una infección ocular es cuando sientas:

• Visión borrosa;
• Enrojecimiento;
• Irritación;
• Secreción ocular;
• Sensibilidad a la luz;
• Hinchazón;
• Desgarros;
• Picazón;
• Ardor.

Limpia los lentes a diario con solución

Si usas lentillas diarias no hay tanto problema, porque las deberás desechar todos los días. Pero, si son de uso prolongado, tienes que guardarlas en su respectivo estuche estéril cada vez que las dejes de usar. La rutina es así:

• Antes de tocarlas, asegúrate de tener tus manos limpias;
• Retíralas y frota cada una con unas gotas de solución para lentes de contacto;
• Colócalas en su compartimiento y antes de cerrar el estuche, verifica que la cantidad de solución sea suficiente. Si no es el caso, no rellenes. Vacía y agrega líquido nuevo.

Toma en cuenta que no hay inconvenientes si mantienes las lentillas en solución por unos 30 días máximo. No obstante, esto no extenderá su ciclo de vida.

¿Qué solución debo usar?

La solución es el aspecto más importante, después de los lentes de contacto. Debe ser un líquido que no solo limpie. También, tiene que ser capaz de desinfectarlos y almacenarlo sin causar daños. Por esto, debe estar compuesta de:

• Desinfectantes;
• Preservativos;
• Surfactantes;
• Humectantes.

Existen varios sistemas para cuidar las lentillas:

• Solución multipropósito. Son rentables y hacen el trabajo rápidamente.
• Solución de peróxido de hidrógeno. No tiene conservantes, por lo que son ideales para personas alérgicas y sensibles a productos químicos.
• Limpiadores diarios. Solo aflojan y eliminan los residuos. No desinfectan.
• Eliminadores de proteínas enzimáticas. Elimina la acumulación del material que tus ojos segregan en el lente.
• Sistemas de cuidado rígidos permeables al gas. Este solo funciona con las lentillas rígidas porque para cada etapa de la limpieza, necesitan diferentes soluciones.

Reemplaza diariamente la solución del estuche

La solución debes cambiarla diariamente. Es decir, cada vez que debas quitarte tus lentes de contacto para desinfectar y guardar. Ahora bien, esto también implica que si van a estar mucho tiempo dentro del estuche, el líquido no debe durar más de 30 días.

Esa es la cantidad mínima y absoluta. ¿El motivo? Es arriesgado no reemplazarlo en estos lapsos, porque estarás creando las condiciones básicas para que miles de bacterias se posen sobre él y luego lleguen hasta tus ojos.

¿Qué sucede si no cambio la solución de mi estuche?

Sentirás escozor, irritación, lagrimeo, enrojecimiento y dolor producto de alguna infección. Incluso, es probable que empieces a ver borroso. ¡Hay más! Es factible que aparezcan enfermedades como la queratitis, la cual puede derivar en ceguera.

Además, si las lentillas duran mucho tiempo en la solución, se secarán a medida que el líquido se vaya evaporando. En este punto, se dañan con mayor facilidad. Entonces, si las encuentras sin daños, rehidrátalas antes de usarlas. ¿Están arrugadas? Deséchalas.

Lava tus manos antes de tocarte los ojos

Queremos ojos sanos. Bueno, esto depende en gran medida de tener las manos limpias. Por esto, lávalas antes de tocarlos o, en su defecto, antes de agarrar las lentillas. Piensa, ¿cuántas cosas sujetas al día? Todas tienen bacterias y puedes transmitirlas a los lentes.

En este sentido, antes de hacer cualquier cosa, enjuaga tus manos. Usa un jabón que no tenga fragancias, aceites, lociones humectantes ni lanolinas. Más bien, procura que sea suave. Termina esta rutina, secándolas con toallas que no tengan pelusas y sean desechables.

¿Qué pasa si no lavo mis manos?

Contaminarás cada lentilla. No podrás impedir que los gérmenes las invadan y que lleguen a tus ojos. Las manos sucias no son aptas para hacer ninguna tarea. Entonces, ¿por qué tocar tus ojos o lentes de contacto así?

¿El resultado? Infecciones cuyos resultados son verdaderamente caóticos. Por ejemplo, daños en la córnea u otras partes del globo ocular, cirugías para tratar de solucionar la afección y una posible pérdida de la visión.

No reutilices las lentillas desechables

Las lentillas diarias son desechables. De ahí que debas usar un par nuevo todos los días. ¿Qué sucede si no lo hago? Los resultados serán dolorosos y de alto riesgo para tu salud ocular. Pero, ¿por qué son desechables? Su ciclo de vida es de 24 horas, porque:

• Son más delgadas y frágiles;
• Su estructura no está diseñada para retener la humedad como lo hacen otros tipos de lentes de contacto. Tampoco, para aguantar las rutinas de higiene. Simplemente, se dañan y atraen infecciones o provocan abrasiones.

Usa las lentillas según lo prescrito por el oftalmólogo

Adquirir lentes de contacto de grado médico no es un trámite simple. Para tenerlos en tus manos, deberás entregar al proveedor la receta con las indicaciones de tu oftalmólogo. De hecho, tampoco sirve el examen que refiere las fórmulas para los anteojos.

Específicamente, en la prescripción coloca las medidas de tu visión, como los parámetros de corrección, las dimensiones de la curva base y el diámetro de tu ojo. Estas son características que responden al tamaño y forma del órgano y son únicas.

No las uses cuando nadas

¿Qué hay en el fondo del agua? A quienes no ven nítidamente se les complica averiguarlo. Por esto, deciden nadar sin quitarse los lentes de contacto. Lo que no saben es que así le causan más daño a su vista.

Las lentillas no son un escudo entre tus ojos y el agua. Al contrario, son porosos en este hábitat, así que actúan como una capa que atrae suciedad y gérmenes. ¿Quieres una solución? Úsalos debajo de tus lentes de natación.

¿Qué pasa si nado bajo el agua con mis lentillas?

Entonces, ¿las lentillas y las piscinas no son una buena combinación? Es lamentable, pero el agua es una fuente de bacterias y virus que afectan tus ojos con infecciones, visión borrosa, irritaciones y dolores oculares.

Por otro lado, mojarlas aumenta las posibilidades de que en tu córnea aparezca alguna úlcera. Y en ese punto, solo te quedará hacer una cosa: ir al hospital para evitar que la afección ponga en peligro tu salud visual.

Cuida tus lentillas de agentes externos como el maquillaje

Aquí tenemos otra combinación fallida: lentes de contacto y maquillaje. Los agentes externos como este son peligrosos porque fácilmente se filtran hacia el ojo. Ahora bien, no se trata de desechar ninguno de los dos, el objetivo es que los uses correctamente.

En principio, siempre debes poner las lentillas y luego proceder con el maquillaje. De lo contrario, se elevan las posibilidades de que se contaminen. Con esto en mente:

• Lava tus manos;
• Aplica rímel hipoalergénico. Preferiblemente, que sea a base de agua. También, existen unos que son recomendados para ojos sensibles;
• Evita productos en polvo. Elige los que son a base de crema;
• Evita maquillarte el borde de tus párpados. ¿Imposible? Entonces, usa lápiz y deja de lado los delineadores líquidos;
• No olvides cambiar tu maquillaje regularmente.

¿El cambio de clima puede afectar mis lentillas?

Sí, por lo general se resiente en climas fríos. Las bajas temperaturas provocan irritación, sensación de arenilla en la vista y sequedad. Esto se debe a que suele haber mucho viento y como consecuencia muchos objetos pequeños o grandes en el ambiente.

Además, en época de invierno y otoño es normal que decidas quedarte en casa. Es decir, que estarás cerca de la calefacción y estufas, dos factores que no favorecen tu salud visual, debido a que resecan el ambiente.

Como ves, usar lentillas de manera responsable es una cuestión del día a día. Los tips que encuentras aquí son detalles básicos, que por la rutina no sabías cuán importantes eran. De todos modos, aclara cualquier duda con tu oftalmólogo. Él es el experto.