¿Por qué no veo bien con mis lentillas? ¡Está todo borroso!

Cuando adquirimos unas lentillas, pensamos que con ellas siempre vamos a ver bien. Pero no siempre es así. Es muy común que en algunos momentos nuestra visión sea borrosa e inestable, pese a los lentes de contacto.

¿Parpadeas y no enfocas bien? ¿Son nuevas y aun así no te sientes cómodo? Ciertamente, existen factores que entorpecen el buen funcionamiento de estos dispositivos ópticos.

¿Cuáles son? ¿Me tengo que preocupar? En su mayoría son problemas que se corrigen tomando algunas medidas leves. Sin embargo, otros sí necesitan de mayor precaución. Sigue leyendo y entérate por qué no ves bien con tus lentillas nuevas y cuál es la solución.

6 Razones por las que no veo bien con mis lentillas

En principio, no debes alarmarte porque tu visión sea borrosa. Seguramente, no has tomado las decisiones correctas. Aquí tienes una lista de las 6 razones principales por las que tus lentillas no están dando los resultados que esperabas.

1. Están dañadas

Como sabrás, existen distintos tipos de lentillas. Se diferencian por su acabado, material de fabricación o tiempo de uso. Sí, todas tienen un periodo de caducidad. Encontrarás lentes mensuales, trimestrales y de aplicación prolongada. ¿No lo sabías?

Entonces, ¿están en sus últimos días? ¿Has comprobado si tienen algún desgaste? Revisa las recomendaciones del proveedor. Quizás es momento de comprar un juego nuevo para mantener una buena salud ocular.

2. Lentillas sucias

Tener una mala rutina de higiene con tus lentillas es catastrófico ¿No las guardas en su estuche? ¿Las lubricas con el líquido incorrecto? Recuerda que tus ojos son una zona muy sensible, así que cualquier microorganismo tiene el poder de causar daño.

Toma en cuenta que usarlas más tiempo de lo indicado por el fabricante, las convierte en un depósito de agentes extraños. Esos son los que nublan tu visión y provocan infecciones.

Lea también: ¿Cómo limpiar lentes de contacto?

3. Graduación incorrecta

Con el paso del tiempo, las prescripciones médicas cambian. En los casos oftalmológicos, sucede lo mismo con la graduación de las lentillas. Por lo tanto, si no has tenido una evaluación ocular en los últimos meses, tal vez eso sea lo que está influyendo en tu vista.

Ahora bien, si este no es el problema, ¿te has asegurado de que has colocado cada lentilla en el ojo correcto? Como dijimos, cada una tiene graduaciones distintas, así que es necesario que sepas dónde van. Toma como guía las letras del estuche:

• El que va donde está la R de Right, ponlo en el ojo derecho
• El que va donde está la L de Left, corresponde al ojo izquierdo

4. Sequedad ocular

La lubricación ocular es importante para que tu visión sea nítida. Esta disminuye cuando usas por mucho tiempo tus lentes de contacto. Específicamente, los periodos largos detienen la formación de lágrimas, evitando que el ojo se mantenga húmedo.

¿Consecuencia? Ojo seco o empeoramiento de los síntomas de este malestar. Por lo que sentirás irritación o escozor. De ser así, retíralos y descansa tu vista por algunos minutos. Si se mantiene, visita al especialista.

5. Conjuntivitis o abrasión corneal

¿Cuándo despertaste te costó abrir los ojos? ¿Sentiste un líquido extraño como pus? Estas son dos señales de conjuntivitis, una infección que limita la visión. Comúnmente, aparece cuando manipulas las lentillas con las manos sucias.

Otra afección que empeorará tu capacidad visual son las abrasiones de la córnea. Estas aparecen cuando algún pequeño objeto se interpone entre el lente y el ojo. El problema es que esto puede provocar una úlcera corneal.

6. Rotación de las lentillas

Las lentillas proporcionarán una visión correcta si las pones en su lugar. Es decir, en el centro del ojo. Cualquier rotación o movimiento hará que veas todo borroso. De hecho, no es normal que no se fijen en la zona indicada.

Por esto, debes asistir a tu oftalmólogo para que corrija el ajuste de tus lentes. Y si eres paciente con astigmatismo, necesitas hacerlo a tiempo, pues el lente natural de tu ojo no es completamente redondo.

Otros problemas asociados con las lentillas

No ver bien es uno de los diversos problemas asociados con los lentes de contacto. A veces son incómodas, causan dolor, etc. ¿El motivo? Algo está mal. Es necesario implementar algunos cambios. Conoce aquí 6 inconvenientes comunes y sus respectivas soluciones.

Incomodidad al final del día

¿Estás comenzando a usar tus lentillas? Es normal que al final del día tengas molestias, sientas dolor y ganas de quitártelas rápidamente. Pronto te adaptarás a ellas. Seguramente, la falta de costumbre es la razón por la que te sientes así.

¡Tenemos una solución! Una buena solución son las lentillas fabricadas con hidrogel de silicona. Están diseñadas para que a tu ojo llegue más cantidad de oxígeno y así la zona se mantenga hidratada por más tiempo.

De esta manera, sentirás más frescura y, sobre todo, evitarás el ojo seco y sus consecuencias. En cambio, para algunos usuarios, todo se soluciona intercambiando las lentillas con los anteojos. Por ejemplo, usa tus gafas en la tarde después de trabajar.

Sequedad ocasional

Son altas las posibilidades de que sientas molestias por sequedad ocular. Quizás duras mucho tiempo con las lentillas y la lubricación no es óptima. En este caso, bastan unas cuantas gotas de colirio para el alivio temporal.

¡Atención! Debes asegurarte que ese líquido sea compatible con tus lentes de contacto, ya que existen marcas cuya composición daña el material. Consulta con tu médico cuál debes comprar.

Ahora bien, si los síntomas empeoran, necesitarás un tratamiento más específico. Es probable que el experto recete un cambio de tus lentillas actuales por unas que combaten directamente la sequedad en tus ojos.

Sentir las lentillas en el ojo

Todos los ojos son diferentes. Por lo tanto, las lentillas deben cumplir con ciertos parámetros de diámetro y curvatura para que encajen en el órgano. Por esto, nunca esperamos notarlas, pues la idea es que pasen desapercibidas.

No obstante, si tu óptico no hizo las mediciones correctas, las lentillas se desplazarán en la cavidad por un mal ajuste. Si es así, la consecuencia más lamentable es que dañará tu córnea y surgirán otros problemas.

Con esto mente, están claras dos cosas: primero, no debes usar unas lentillas diferentes a las tuyas. Y segundo, siempre tienes que hacer una buena rutina de higiene porque los residuos también modifican el dispositivo.

Sentir ardor al poner las lentillas

Lamentablemente, los lentes de contacto tienen la particularidad de que rápidamente absorben cualquier sustancia (cremas, aceites, etc.) y suciedad. Si esto sucede, cuando la ubiques en tu ojo sentirás un ardor intenso. ¡Las lentillas están contaminadas!

Por esta razón, siempre lava tus manos y haz lo mismo con tus ojos, usando un jabón sin perfumes o sustancias humectantes. Otra solución es usar lentillas diarias.

Alergias, ojos rojos, dolor e hinchazón que producen secreciones

¿Eres alérgico? Muchas veces, cuando atraviesas por esto tus ojos se ven afectados, ya que las partículas de suciedad se adhieren a los lentes de contacto. Esto los convierte en una fuente de infecciones e irritación.

Esto provocará hinchazón, dolor y ojo rojo que a mediano o largo plazo puede desembocar en secreciones. De ser así, retira las lentillas y visita al oftalmólogo. De hecho, es preciso que siempre tengas unas gafas cerca para continuar con tus labores diarias.

No cumplir con los cuidados necesarios

Muchas personas desean cambiar los anteojos por lentillas, pues son más cómodas. Sin embargo, no evalúan todo lo que necesitan hacer para evitar la aparición de problemas, como: la rutina de higiene.

Si haces un examen de conciencia y determinas que no quieres lavarte las manos, usando jabón neutro, etc., es mejor optar por lentillas diarias. De esta forma, solo tendrás que asegurarte de botarlas y colocar un par nuevo todos los días.

Cómo minimizar el riesgo de visión borrosa si uso lentillas

¿Ves bien con tus anteojos y con tus lentillas tienes visión borrosa? Entonces, probablemente la causa sea la acumulación de desechos y proteínas en la superficie del lente de contacto.

Cumple estos pasos para mantener una correcta rutina de higiene:

• Sigue las instrucciones de tu oftalmólogo sobre las prácticas adecuadas para mantenerlas limpias y bien almacenadas.
• Es fundamental la higiene de tus manos. Debes lavarlas antes de manipular las piezas.
• Evita situaciones donde entren en contacto con el agua. Es decir, no te bañes con ellas puestos y quítatelas para nadar.
• Almacénalas en su estuche y con su respectiva solución fresca para desinfectar. No utilices agua.
• Sigue el horario de uso. Respeta, ante todo, esa indicación. Solo si las lentillas son de uso prolongado es válido que duermas con ellas.
• Los lentes de contacto mensuales o bimensuales requieren mayor cuidado. Límpialos con cuidado para evitar rayarlas.

Como ves, la visión borrosa es la consecuencia de las malas decisiones que tomas a diario con tus lentes de contacto. De cualquier forma, apenas sientas que algo no está bien, retíralos, recurre a tus gafas tradicionales y llama a tu doctor.

Si estás en una etapa de prevención, sin duda el paso principal es mantener una correcta higiene de tus lentillas. Toma en cuenta que, incluso una pequeña infección no solo hará que veas todo nublado, sino que podría conducirte eventualmente a una ceguera definitiva.